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miércoles, 6 de abril de 2011

San Antonio y sus Tentaciones



La tentación de San Antonio es un cuadro realizado por el pintor español Salvador Dalí en 1946. La obra está pintada al óleo sobre lienzo, es surrealista y mide 90 x 119,5 cm. Se conserva en Bruselas en el Musée Royaux des Beaux-Arts.]

Descripción

En el cuadro se muestra a san Antonio Abad en un desierto, arrodillado y sosteniendo una cruz hecha con dos varitas para protegerse de las tentaciones que lo atacan, con el antiguo gesto del exorcismo. Estas son representadas por un caballo y una fila de elefantes, todos estos con sus patas alargadas de forma grotesca y cada uno cargando con una tentación.

El cuadro describe literalmente las tentaciones a las que el hombre normalmente cae:San Antonio es representado como un mendigo, está desnudo y despeinado y se apoya sobre una piedra. Delante de él hay una calavera.
  • Triunfo, representado con el caballo, el cual tiene sus pezuñas desgastadas y llenas de polvo. Este animal recuerda a los jumentos esqueléticos de los primeros cuadros surrealistas del autor.
  • Sexo, representado por la mujer sobre el primer elefante.
  • Oro y riquezas, representados por los dos elefantes sobre los que hay una pirámide y una casa de oro y dentro de esta última, un busto de mujer lo aguarda.
Más atrás, otro elefante carga un altísimo monolito sobre su espalda. Detrás de este y sobre las nubes, hay un castillo.
En el paisaje desértico, dos hombres discuten y al fondo, un hombre lleva de la mano a su hijo. Este último par de personajes también es representado en Vestigios atávicos después de la lluvia. Un ángel blanco vuela sobre el desierto.


Entre todos los libros de Flaubert, La tentación de San Antonio es el que mejor expresa la naturaleza profunda del escritor. Esta obra le acompañó toda su vida, pues hizo de ella tres versiones. El tema de la prueba de fuerza con el Diablo le obsesionó desde su juventud, y concibió la idea de escribir este drama filosófico, poema fantástico de personaje único y de múltiples manifestaciones, en sus años de colegial en Rouen. Flaubert concibe en esta obra el mundo como un infierno y un vasto teatro, en el que se suceden las apariciones infernales. Igual que Dante, guiado por Virgilio, recorría los círculos del infierno, Antonio, llevado por el demonio, se desplaza en sueños por el espacio. Los nueve círculos del infierno dantesco aparecen aquí en forma de las tentaciones que se suceden, figuras demoniacas de los propios deseos del ermitaño, avivadas por la curiosidad intelectual.

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